-Te quiero-, le dijo, y lo sentenció
a buscar en los baldíos del frío
una posibilidad quemada
con papeles viejos;
a compararla con todas las boas
que le mostraron la manzana
y luego huyeron.
-Te quiero-, le dijo, y lo condenó
a ver que no todas las primaveras
se pueden robar esas flores
y salir corriendo;
a mantenerse a prudencial distancia
para evitarle más problemas
a aquella solución.
-Te quiero-, le dijo, y entonces lo echó
a navegar dentro de sus enigmas
de aguas quietas y de anclas echadas
en cartones llenos;
a pilotear maremotos antiguos
cuando el capitán bajaba del barco
con dos hermanas suecas.
-Te quiero-, le dijo, y también le dio
la falsa anestesia de su mirada
que habla de su interior aunque el cristal
refreacte el fuego;
la excusa perfecta que evite el dolor
de elegir lo de siempre otra vez
aunque ya no quiera.
XQSI XQNO - Versión 2025
Hace 1 mes
No hay comentarios:
Publicar un comentario