lunes, 31 de mayo de 2010

Táctica y Estrategia del Garrón


De nada sirve, está claro y probado, tener las piezas del rompecabezas si lo que se busca es seguir jugando al TEG.

Es al pedo, no hay nada que hacerle. Imagináte que vos veas que todo lo que tenés para ofrecer, sea lo que otra persona buscó infructuosamente en otros, sin detenerse ni un instante en ver a qué se debía tanta insistencia tuya en que te tenga en cuenta. Pensá por un segundo, que en el momento en que vos te enteraste que la otra persona casi se mata en un accidente, no dormiste hasta saber realmente su estado. Y que, una vez que te dejaron verla, el otro de turno no hacía nada más que sentirse culpable, mientras vos te rompías el alma por animarla, tocando una guitarra desafinada y vociferando como un perro, pero por dentro sólo pensabas en no irte para que se sintiese acompañada y se recuperase lo más pronto posible. Eso, sabías, terminaba en que la otra persona volvía a su vida normal con el otro de turno, pero si era para bien...vos estabas ahí.

Pensá esto otro: después de años, el otro de turno confiesa su necesidad de vivir cosas nuevas, dejar la vida monástica y emprender la vida loca, y la otra persona ve derrumbada una parte de su vida, en la que seguramente había miles de proyectos que ahora debe compartir con la sombra, tantas ideas sobre el porvenir se le vienen como cuando sacás la carta que sostiene el castillo. Y es después de insistir e invitar al cine, y asegurarle inofensividad, que termina explotando en una crisis de llanto en la mesa del comedor de tu casa, contándote lo mal que el otro la dejó, lo triste que es ser abandonada. Y vos, en vez de regocijarte en su sufrimiento, te ponés peor, porque si hay algo que soportás menos que el rechazo de la persona que soñaste para vos, es ver a una mujer llorando.

Y dos años más tarde, volver a escuchar su entusiasmo por encontrar a alguien a quien querer, y vos mirándola y tratando de saber qué es exactamente lo que no podés dejar de ver en ella. No es su físico. No es alta. No es decididamente bella. No tiene unas curvas monumentales; y sabés positivamente que has estado con mujeres más atractivas. E interesantes. Pero seguramente, como a cada acción le sigue una reacción igual y opuesta, ahí estás como un soldado. Más lejos te quiere, más querés seguirla. Así que volvés a la carga, y dejás fluir la conciencia. Decís todo lo que te viene a la mente, y por toda respuesta, la otra persona te dice qué querés que haga yo con lo que me estás diciendo, qué querés que te responda. Nada, decís. Porque no vas a tener la respuesta que necesitás. Entonces preferís ninguna. Y qué sensación extraña, cuando tu diálogo llega mediatizado por alguna amiga, que te explica que lo trascendente de la charla fue "se me tiró". Loco, ¿no?. La forma de sintetizar tu torrente de emociones, como que atrasa diez años, podría haber sonado así lo que le dijiste cuando se conocieron, y sin embargo, después de una década, acá estamos de nuevo. Ya sé, estás por decir que entonces, hay alguien que se quedó, que no creció...¿me podrías decir quién de los dos fue, mi estimado, el que se quedó?.

Seguí imaginando; ahora, después de un tiempo de silencio, mensaje para el día del amigo, porque más allá de todo siempre estuviste, sarasa sarasa. Ahora bien: si te quedás sin palabras, es necesariamente una buena señal, o un indicador de que sinceramente preferís evitar la grosería de decir que amigos tenés a patadas pero que lo último que querés es la amistad de esa persona?

Te estás yendo por las ramas, pero por ahí es mejor, mirá...porque nunca te esperaste que te dijera que pensó en mudarse a tu casa. Claro, era absolutamente imposible, tal vez por eso lo mencionó, pero quién te quita los bailes mentales que hiciste, tratando de manejar lo inmanejable, esto es, meter a esa persona en tu casa, sin que se entere tu novia!. Lo bueno fue que nunca pasó, y que nunca le tuviste que decir "no juegues conmigo".

El pensar que todas estas cosas que te imaginás, pueden ser ciertas, te llena de incertidumbre, miedo, dudas. Y sobre todo, una sensación extraña: te gusta, pero ¿hasta dónde pensás llegar con ésto? O sea, no queda muy claro si te usan o vos estás pidiendo por favor ser el usado. Pero se parece más a lo segundo. Tu orgullo no es algo que cotice mucho en bolsa, a lo que se ve...

Pero sigamos, a ver qué onda. La otra persona se fue a vivir sola. Ahá. Sola de toda soledad, sí, entendí. Pero yo tenía entendido que no estaba sola, que ya tenía un otro de turno. Ahá. Interesante. Y vos estás seguro que sola. Ah, el otro no quiso irse a vivir con ella...ella no le insistió tampoco. Claro, si no viene es porque no quiere, si no quiere la hago igual. Vos tendrías que aprender un poco. De tu lado estoy, ¡qué susceptible te ponés cuando imaginás, che!. Y vos ahí no tenías nada que hacer. Ah, cierto que vos sabías hace mucho que se iba a ir, sí, ya está. Y trataste de ayudarla en lo que pudiste, como esa tarde de miércoles que le ofreciste acompañarla a comprar la tele el viernes, y como ella no podía le dijiste que sí, que hoy, que ok, pero dejaste cuatro cosas colgadas. ¿No hablamos ya de tu orgullo? Ok, me concentro. ¿Cómo seguiría?

Ahá, ahora sí son 2. El otro de turno no se viene con todo, pero se viene. Y se casan. Luego no se casan. Y ahora de nuevo sola. Un poco rápida tu imaginación, en lo que no le interesa.

No tenía realmente intención de casarse, si no lo hubiera hecho. No quería compartir su vida con la otra persona, sólo se subió a una vida a la que no le pudo seguir el tren, y luego ya no sabía cómo bajarse. Faltaba comunicación, claramente. ¿Sabría todo lo que sabés vos? No, no me olvidé que vivían juntos, pero como vos sabés lo que necesita...no te estoy gastando, es sólo que vos sabés y ella no, no es creíble.

Imaginá que la otra persona llega a una edad en la que está buscando algo más que una compañía o alguien para salir; ¿creés irrelevante la edad o lo que el otro de turno tenga para ofrecerle, o al menos que quiera algo parecido en un futuro más que cercano? ¿Y vos asegurás que quisieras lo mismo? Bue...parece un buen punto.

Pensá que la pareja se desgasta por el tiempo que pasan juntos, pero sobre todo, por el tiempo que pasan juntos sin proyectos. Imaginá que los planes están, que sería cuestión de decidir dónde y vos te mudás. Se ven poco, por sus actividades; nadie invade al otro. El tiempo libre que les coincide es tan justo que les permite hacer lo que quieren como pareja, descansar, y para cuando se aburren, lunes otra vez. Los días que uno termina tarde, el otro no, así que ni por cocinar se pelean. Para hacerte la peli, venís fenómeno. Tratá de ir más a lo pedestre: los muebles que te sobran, a la otra persona le faltan y viceversa. Claro, se los compró y te caga la mitad de las escenas. Bueno, seguí. Está con problemas en su laburo. Problemas que ya tuviste vos en los tuyos. Pues bien, es bueno que alguien le tire ideas. Quiere cambiar, está saturada, le tirás buena onda, que no se limite, que nunca es tarde. Que cualquier cosa, vas a tratar de ayudar, como si hiciera falta decirlo.

Ahora, la verdad de la milanesa. Y sería bueno ver esto como una solución, pero se ve que no podés verlo más que como un problema. Si algo no te deja dormir, no es una solución, dirás. Y puede que no estés errado, es cierto. Pero ahora, mirá lo que te digo, escuchá lo que te cuento. Si todo esto que me contás no entra por la puerta, por la ventana ni loco. Si no hay atracción, no la hay. Si todo lo que podés ofrecerle, es lo que necesita, pero lo quiere de otro, vas a pasarte más tiempo del que ya quemaste. Vos no clasificás. TE falta lo que a otros le sobra. Y qué sé yo cómo se llama. Suerte. Facha. Ángel. Carisma. Ponéle el nombre que quieras, no está. Lo tuviste antes, tal vez. Eran nenes. Por eso te preguntaba antes quién se quedó.

Nadie me sabe decir qué te falta. Mirá que lo charlé. Porque ahora que la pienso de nuevo, antes por ahí estaban jugando a cosas distintas. Ahora no sé. Y lo peor es que si la otra persona decide seguir buscando las piezas en otra caja más difícil, una va a encontrar. Si vos seguís imaginando, vas a terminar jugando al TEG cuando a la otra sólo le falte un pedazo de cartón, que se consigue más fácil, y es más lindo, che.

1 comentario:

  1. "No quería compartir su vida con la otra persona, sólo se subió a una vida a la que no le pudo seguir el tren, y luego ya no sabía cómo bajarse."

    ...Gracias!

    Qué buena definición me has proporcionado para entender ciertas cosas que uno intenta no descubrir pero que simplemente le suceden o, mejor dicho, atraviezan a uno, que observa la escena, como si de una película se tratara, una y otra vez, conociendo de antemano el final y tratando de explicarse qué demonios fue lo que sucedió.

    revelador...dirían x ahi.

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