lunes, 14 de junio de 2010

You reduce me to cosmic tears, Luminous more so than most anyone


No recuerdo dónde lo leí o quién me lo dijo, pero tengo por cierto, desde ese día en que lo incorporé como dato empírico, de que los seres humanos no soñamos con sonidos. Es decir, recordamos el sueño, pero como si fuera una peli que vemos tarde a la noche en cinecanal, que la dejamos en mute, total hay que leerla. Y esa idea, que hace poco tiempo conozco, me vuelve a la cabeza cada vez que me acuerdo de una mañana en que me desperté sobresaltado, luego de haber soñado una cita en un bar con muy pocas luces, con ella.



Ella era igual pero distinta. Igual a como yo la recordaba, su perfil, su persistente indiferencia, su perfume (nadie me asesoró acerca de los olores y el sueño), pero había algo que no me permitía sentirla como la que yo conocía. No era algo físico, al menos eso creía, era más bien una actitud. Aunque luego de un rato, de imágenes superpuestas en caprichoso orden, pude ver lo que me hacía confundir. Cómo no haberlo visto antes. El pelo. De golpe apareció ante mí, sonriente, pero con una invasión sobre su frente, un flequillo que le cambiaba las facciones, la fisonomía de su rostro, hasta casi no reconocerla. Y sin embargo, seguía estando ahí, seguía siendo ella. Y lo nuevo era, también, que sonreía. Sonreía hacia donde yo estaba, por lo que atiné casi como reflejo a mirar para atrás, esperando la llegada de no sé quién, que en definitiva, para mí, tenía que ser el destinatario de esa apertura al diálogo, al acercamiento, al éxito. No recuerdo una palabra, una vez que me percaté que, al fin, esa sonrisa era para mí. Sí, suena en mis oídos esta canción , que primero asumí como cantada por una banda, por la sensación de música en vivo que se despertó en mi pecho, pero que luego reconocí de los parlantes y de su boca. Sí, ella la cantaba, como si la supiera, y de hecho no se equivocó ni en el "uau!" final, que casi nadie escucha.


No pongo muy seguido ese CD, porque tiene muchas contras: la primera es que está dentro de la categoría de "discos que tengo que escuchar enteros". Para que ello suceda, hay que tener más de una hora disponible, y últimamente eso no está pasando. Por otro lado, está medio rayado porque ya es viejón, lo tengo desde que salió y desde la época en que mi discografía no llegaba a las tres cifras -hoy ya está en las cuatro-. Y también, seamos francos, no me traía buenos recuerdos, ya que ese sueño me alteró bastante la percepción de lo que en ese momento (y mucho tiempo después también, y ahora también) no era más que una obsesión, una unilateral intención de pareja.


Siguiendo con los sueños, o algo de eso, hay mucha gente entusiasmada con eso de los deja vu. A mí no es algo que me apasione, porque aparentemente son engaños de nuestra mente, que cree haber representado antes algunas situaciones que están pasándonos right now, y es tan jodida la guacha que nos la hace comer entera, y nosotros tan campantes saliendo a decir "esto ya lo viví". Bien, tuve algunas de esas. Pero son más frecuentes los sueños. Aunque, debo decir, a veces sueño cosas, no exactamente como luego me pasan, pero con algún componente. Como anoche. Volví a vivir algunas cosas, ayudado por algunos retoques estéticos que ella, la del sueño,-en mi mente con y en la realidad sin y ahora, en ambas con el pelo en la cara-, desatendiendo absolutamente cualquier coincidencia, decidió llevar a la Luna.
Algunas cosas, dije. Me faltó la música. Qué bueno que la mente asocie canciones con momentos, ¿no?. Si me disculpan, tengo una canción que escuchar una y otra vez. Salud.


PD: Gracias a José, mi hermano, que me enseñó a mandar al link a la gente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario