
Primero lo primero: desde esta página quiero felicitar por el Oscar al director del filme, Juan José Campanella, quien no puede dormir desde el domingo esperando mi saludo. Campanella es un director que, evidentemente, sabe captar el gusto popular, ya que “El secreto…” batió récords de espectadores, “El hijo de la novia” hizo lo mismo en su momento, y sé que hizo otras pelis que también anduvieron muy bien. Ah, “Luna de Avellaneda”. Ahí está, me acordé.
También, y esto que digo ahora no es un dato menor para su curriculum, dirigió algunos capítulos de “House”, entre ellos uno en el cual la protagonista había sido violada, y siendo Greg House el primero en tratarla, ella insistía en ser su paciente, y en hablar con él, pese a la resistencia del médico.

Este acercamiento, de algún modo, de lo argentino hacia la serie que revolucionó el llamado “drama médico”, ayudó a que mi idea como fanático de House no muriese en mi cabeza, y me animara a completarla y a difundirla: se han hecho versiones olvidables de series yanquis, como La niñera; se han hecho versiones deformadas de series yanquis, como Casados con hijos. ¿Por qué no hacer una versión argentina de House?
Tenemos el lugar donde se podría filmar: el Hospital Austral. OK, dos millones de cosas que pasan en la serie, no podrían pasar acá, sobre todo lo referente a los controles, que ellos tienen tan estrictos y nosotros tan escondidos. Retomo, el lugar está. El director, lo tenemos, claramente.
Ahora bien, lo jodido es el casting.

Para seguir con la tradición campanelense, el encargado de dar vida al misógino, genial, soberbio, desdichado (en la versión original, “miserable”),

Su único amigo, el oncólogo James Wilson, el que lo salva, lo protege, lo entiende, lo soporta, podría hacerlo Germán Krauss. Si hasta se parecen físicamente.
Vamos con el equipo: Ya tengo a la doc Cameron, porque además tiene que estar en cualquier serie que se precie de

A Robert Chase, que en la oriyinal vershon es australiano, lo podría hacer Iván Go

A la minoría que representa Foreman, debiéramos equipararla con alguna de aquí,


Oski Guzmán sería el inquieto y eterno adolescente Kutner, con esa mezcla de nerd y cliente asiduo del salto en parapente.
Me hubiera gustado ver a Jorge Ginzs


Y en el lugar de 13, tiene que estar una que cumpla con los requisitos que Olvia Wilde cumple tan bien. Léase: tiene que ser un avión, tiene que estar muy buena pero no ser hermosa y tener ese halo de misterio que la hace aún mucho más interesante. Ya está: Romina Gaetani.
Ah, no se gasten, muchachos…Ustedes no se creerán que yo soy tan tonto como para largar este diamante en bruto sin resguardos. La idea ya está presentada y patentada; se la presenté al chueco y le fas-ci-nó. Me aseguró que, si los de Valientes no quieren firmar con


Vermouth con papas fritas, y Good Show!
PD: La foto de 13 es absolutamente innecesaria, y los tamaños de las ilustraciones de la Gaetani y Marcelita responden al mismo criterio de la aparición de Olivia.
Si su presentación está en camino serio, me ofrezco humildemente como guionista (algo de experiencia en salud me atreve)
ResponderEliminarAunque presento algunas diferencias con sus apreciaciones: No estaría tan seguro sobre la discriminación en estas tierras, y si le parece para arrancar podríamos evaluar las cosas que tenemos en común a nivel médico.
Primer capítulo, un médico de renombre le indica la cirugía a un paciente sólo con el fin de cobrar la comisión entre drogas y prótesis.
¿O tiene que ser ficción?
Un abrazo profesor