lunes, 29 de marzo de 2010

Un día te das vuelta y ella ya no está....


Si pudiéramos ser absolutamente sinceros, yo te podría decir que no estoy seguro de poder hacerte feliz.

No sé si podré evitar llamarte cuando tenga ganas, solamente a ver si vos tenés un poco de ganas de escucharme.

No creo estar dispuesto a dejar de pensar en qué restaurant harán la mejor comida fusión para que descubramos que al final somos 2 brutos en el arte culinario.

Tampoco sé si me va a salir el tuco casero que hacía mi abuela, hace tanto que no lo cocino que es muy probable que deba practicarlo más. Y lo que sí va a pasar es que se me pase lo de comprar queso rallado, porque siendo egoísta como soy, capaz que ni lo tenga presente, ya que yo no lo consumo.

Aunque sí puedo garantizar que trataré de llamar al delivey (y de salir yo mismo a recibir y pagar) para que no sientas que me vanaglorio de esperarte las noches que llegás tarde, con la comida hecha. Resuelta sí, pero bajemos las expectativas que muchas veces no cocinaré.

No voy a concederte el dudoso privilegio de ir a verte jugar toooooodos los sábados. Es más, me animaría a decir que seguramente faltaré a uno de cada dos partidos. Y ni hablar que no me voy a llevar barritas de cereal; termo con mate y unas faturas!

No insistas: los domingos se han creado para negociar. Si vamos a comer a la casa de algún suegro, seguro que el próximo domingo hay que alternar. O bien nos quedamos en casa. O nos vamos por ahí (el cine del domingo con lluvia es im-pa-ga-ble).

Te la vas a tener que aguantar: me gusta hablar de los discos que me compro, explicar de dónde sale este ritmo, quién es tal músico que nombra este otro, ponerlo una y otra vez hasta descubrir qué es lo que me atrae de esa canción que no puedo dejar de escuchar como un idiota. Y a otra cosa que no renuncio es a la tentación de buscar ese tema que me hace acordar a vos, y decírtelo.


Y bueno, sí, leer es un problema para vos, pero es parte de mi trabajo. Necesito el relax para leer, tanto como la música para sentirme vivo. Y como la lectura y la música no siempre se repelen, a veces puedo hacer ambas cosas a la vez, con lo que en vez de restar el doble, anulo y quedo en cero. Vaya tachando...

Hablando de música...te recuerdo que en muchos lados nos reciben y tratan muy bien, nos invitan a cenar, y estamos del lado de adentro del bar, y se bebe más rico cuando se bebe de arriba...Además por ahí nos vamos de gira y podés hacer tu vida sin mí esos días, aprovechar de hacer todas las cosas que yo te impido.

Y, mirá lo que te digo, quién te dice que ahora que registramos temas, no nos hagamos millonarios.

Me encanta vivir solo y manejar mis tiempos, pero muchas veces me ha pasado de encontrarme haciendo un repaso de lo bien que me está yendo en muchas de las actividades que emprendí, y no tener con quién compartir dicha dicha. Roncho es un gran perro, pero no me entiende...ni yo a él.

Hasta en algunas situaciones pienso qué mejor se vería mi casa, transformado en un hogar (o sea, con un toque femenino que dice mi amigo Sebo que le falta a mi penjáus desde hace años).

Posiblemente, no podría introducirte, a fuerza de regalos o de comentarios malintencionados, en un mundo que no fuera el tuyo; no me veo regalándote ropa fashion ni yendo al MalBa todos los lunes, ni pidiéndote un color nuevo de cabello, porque, además, ¿qué te hace pensar que me vas a gustar más si en vez de una remera de tres tiras, te ponés una remera de cinco gambas? No tiene sentido!

Además, si hay algo que no te debe gustar es que te den la razón; hace un tiempo te vanagloriabas de que las mujeres "tenemos a los hombres donde queremos, como queremos y cuando queremos". Eso no viene sucediendo, pero yo creo que debe ser puro capricho, y que a vos no te termina de disgustar la idea de que todo en la vida sea sufrido. Qué sé yo, vivir en una novela del siglo XIX es algo con lo que no comulgo, pero que no deja de ser atractivo, se ve.

Por un lado, es bueno que no tenga la chance de comprobarlo, ¿no? Son demasiadas cosas las que estoy haciendo (y quiero hacer) al revés de como las estás llevando adelante, hay mucha diferencia entre lo que vos demostrás que te gusta de un hombre y lo que yo quisiera compartir con vos...Mejor dejémoslo ahí, no creo que pueda hacerte feliz.

A menos que ahora no lo seas...y ahí tendríamos que sentarnos y ver.

No sé, yo te la tiro, vos fijate.

1 comentario:

  1. En muchas coincido con lo que expresas! Esta muy bueno el blog!

    ResponderEliminar